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¿ES NECESARIA LA EDUCACIÓN EMOCIONAL EN LA INFANCIA?

importancia de la educación emocional en la infancia

La primera paradoja surge ya en el título de este artículo, es decir, ¿por qué hay que tratar de justificar la necesidad de este tipo de educación cuando a buen seguro ningún padre o educador se plantea la necesidad de impartir matemáticas, idiomas, educación física y otras áreas educativas tradicionales? Esto se debe a que como dice Ibarrola el desarrollo de la dimensión emocional del ser humano no está suficientemente atendido en las aulas y se ha dado casi todo el protagonismo al desarrollo de la dimensión cognitiva”. Pero sin embargo, área cognitiva y emocional están estrechamente relacionadas y una influye en la otra, de manera similar a como ocurre con la mente y el cuerpo.

 

Emociones y aprendizaje

Existen muchas  conclusiones neurocientíficas que confirman que confirman el papel fundamental que tienen las emociones en el aprendizaje y es que a veces limitan el aprendizaje e incluso lo impiden, pero también hay emociones o estados emocionales que lo favorecen, por lo tanto reconocerlas y gestionarlas correctamente puede amortiguar o potenciar sus efectos, según nos interese. Por no hablar de la influencia que este tipo de inteligencia tiene en la conducta de los estudiantes “Entender y saber gestionar las emociones es elemental para cualquier persona. En los casos de acoso escolar, por ejemplo es algo esencial tanto para el que lo sufre como para el propio acosador. Introducir hábitos que ayuden al niño a entender lo que siente y saber gestionarlo es esencial para evitar y tratar este tipo de casos” explica Natalia Alonso.

 

Emociones y habilidades sociales

Tampoco podemos olvidarnos de los beneficios a nivel social que reporta la educación emocional en la infancia, Goleman (1995) habló de los elevados costes del analfabetismo emocional (crímenes, violencia, arrestos, uso de armas de fuego, suicidios, inseguridad ciudadana, depresión, ansiedad, estrés, desordenes de la alimentación, abuso de drogas y alcohol). Todo ello implica nuevamente la necesidad de  estrategias de prevención y alfabetización emocional necesarias a través del sistema educativo.

 

Emociones y desarrollo personal

Y por último, vamos a hablar de los beneficios a nivel personal de la educación emocional en la infancia, a través del trabajo en los siguientes objetivos:

  • Adquirir un mejor conocimiento de las emociones propias.
  • Identificar las emociones de los demás.
  • Desarrollar la habilidad de gestionar las propias emociones.
  • Prevenir los efectos perjudiciales de algunos estados emocionales.
  • Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
  • Desarrollar una mayor competencia emocional.
  • Desarrollar la habilidad de automotivarse.
  • Adoptar una actitud positiva ante la vida.

Podremos obtener a corto y largo plazo los siguientes resultados:

  • Aumento de habilidades sociales y de relaciones interpersonales satisfactorias.
  • Alcanzar mayores niveles de satisfacción, bienestar y plenitud personal.
  • Disminución de pensamientos autodestructivos.
  • Mejora de la autoestima.
  • Disminución del índice de violencia y agresión.
  • Menor conducta antisocial o socialmente desordenada.
  • Menor número de expulsiones de clase.
  • Mejora del rendimiento académico.
  • Disminución en la iniciación en el consumo de drogas.
  • Mejor adaptación escolar, social y familiar.
  • Disminución de la tristeza y sintomatología depresiva.
  • Disminución de la ansiedad y el estrés.
  • Disminución de desórdenes relacionados con la comida.

¿Son todos estos argumentos suficientes para empezar a darle a la educación emocional en la infancia el lugar que merece tanto en el colegio como en nuestros hogares? Espero que sí J

Os dejo un enlace por si queréis profundizar más en el tema:

https://www.eldiario.es/norte/euskadi/sociedad/asignatura-pendiente-llamada-educacion-emocional_0_335617539.htmlEducación emocional

Cristina Lambán

Inteligencia espiritual
otras inteligencias

Hoy quiero hablaros sobre la Inteligencia Espiritual. Me parece un concepto muy interesante cuya existencia cada vez se está haciendo más obvia. Creo que es un concepto todavía algo desconocido así que me he decidido a haceros una pequeña presentación de él. Ya me diréis si lo conocíais o qué opináis de él.

Varios psicólogos y psiquiatras, continuando con el concepto que Howard Gardner lanzó hace 35 años sobre las Inteligencias Múltiples, están hablando de que aún existe otro tipo de inteligencia más, a parte de la lingüística, intrapersonal, interpersonal, corporal… Hablan de, como ya os he adelantado, la Inteligencia Espiritual, concepto que se ha empezado a desarrollar en el s.XXI (aunque hace 2.500 años ya se hablaba de visión cabal o vipassana).

Todavía no hay un acuerdo claro sobre la existencia de este tipo de inteligencia, tal y como pasa al principio de cada avance, al igual que tampoco hay consenso sobre la misma definición de la espiritualidad ya que depende de la doctrina, escuela filosófica o ideología que la trate, así como del contexto en que se utilice aunque hoy en día la práctica espiritual no tiene por qué estar bajo lo que habitualmente consideramos una religión organizada o bajo la creencia de un Ser Superior o un Dios, puesto que las personas ateas también pueden tener una alta capacidad espiritual. Así pues nos lanzamos a definir brevemente la Inteligencia Espiritual como la capacidad que utilizamos para dotar al mundo y nuestras experiencias de sentido y significado. Los psicólogos y filósofos están estudiando cómo la espiritualidad influye en la manera de relacionarnos con los demás, de tomar decisiones, interpretar el mundo en el que nos movemos…

¿Qué es la Inteligencia Espiritual?

Vamos a concretar un poco más en la definición de Inteligencia Espiritual. Según Danah Zohar e Ian Marshall es la inteligencia que «nos permite afrontar y resolver problemas de significados y valores, ver nuestra vida en un contexto más amplio y significativo y al mismo tiempo determinar qué acción o camino es más valioso para nuestra vida». Consideran que la inteligencia espiritual está en todo nuestro Ser, como una totalidad trabajando de manera armónica con la inteligencia racional y la inteligencia emocional. Según estos autores, la Inteligencia Espiritual se distingue por las siguientes características:

espiritualidad

– La capacidad del inteligente espiritualmente de ser flexible.
– Poseer un alto nivel de conciencia de sí mismo.
– Capacidad de afrontar y trascender el dolor y el sufrimiento.
– Capacidad de ser inspirado por visiones y valores.
– Resistencia a causar daños innecesarios.
– Tendencia a ver las relaciones entre las cosas (holismo)
– Marcada tendencia a preguntar ¿Por qué? o ¿Y si? y a pretender respuestas fundamentales
– Facilidad para estar contra las convenciones.

Robert Emmons añade:

– Capacidad para trascender lo físico y lo material.
– Capacidad para experimentar estados elevados de conciencia.
– Capacidad para dotar de un sentido sagrado (no religioso) lo cotidiano.
– Capacidad para utilizar recursos espirituales para solucionar problemas.

Ramón Gallegos nos dice que la Inteligencia Espiritual es exclusivamente humana, ya que se han mostrado indicios de que los animales tienen inteligencia emocional (para atrapar a su presa, un león tiene que ser silencioso, esperar, pospone la satisfacción, ataca en el momento indicado… es decir controlar sus emociones).

Este mismo autor nos dice que este tipo de inteligencia permite, por primera vez, construir un modelo Integral (observemos que la Inteligencia Espiritual tiene un carácter marcadamente holístico, es el individuo interaccionando con el todo y viceversa, un continuo devenir) donde se tiene en cuenta dimensiones y niveles. En el Modelo de Inteligencia Espiritual, según Gallegos, se observa:

1) En el primer nivel la inteligencia más básica, la inteligencia emocional relacionada con el cuerpo, los instintos y el sentir.
2) En el segundo nivel está la intelectual, relacionada con las actividades de la mente, lo cognitivo y el pensar.
3) En el tercer nivel está la Inteligencia Espiritual, relacionada con el bienestar, vivir una vida feliz y el Ser.

El autor nos dice que estos niveles son jerárquicos pero personalmente me reservo el estar de acuerdo con tal afirmación y me quedo con la certeza de que son complementarios.

inteligencia-espiritual-1

Como introducción a este concepto creo que es suficiente. Si queréis indagar más podéis echar un ojo en wikipedia o aquí y aquí, que es de donde he sacado la mayoría de la información. También en wikipedia nos dan algunos libros para seguir indagando. Y si alguno estáis interesados en profundizar todavía más en www.psiquiatria.com están ofertando estos días un curso para saber más acerca de la inteligencia Espiritual. (no, no nos llevamos comisión!)

En otro post podemos hablar de cómo desarrollar la Inteligencia Espiritual si os ha interesado este concepto.

Un abrazo a todxs.

Laura Blasco Barrena
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

¿Empatía o simpatía?
ponte en mis zapatos

¿Sabes reconocer las emociones en los demás? ¿Comprendes por qué se sienten así? ¿Sabes ponerte “en su piel” o “en sus zapatos”? Esta habilidad se conoce como empatía, saber reconocer y entender las emociones en otras personas, conectar con ellas.

Según Daniel Goleman la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente los relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos.” Una de las habilidades más útiles para la inteligencia emocional es la empatía.

Es importante hacer una distinción entre empatía y simpatía, ya que a veces se confunden pero son cosas diferentes. Antes de ello os invito a ver el siguiente vídeo:

Como podéis apreciar en el video la empatía y la simpatía son muy diferentes. Con la simpatía se invita a la desconexión, se escucha para responder, se busca la aprobación, se opera en el plano intelectual, se busca algo positivo o una solución al problema, se da consejo, se siente en el mismo estado emocional que el otro pero sin comprenderla, se resta importancia al problema del otro, … Sin embargo la empatía se conecta a las personas, no se juzga, se tiene perspectiva y se reconocen las emociones, se opera en el plano emocional, no se busca una respuesta verbal ni la solución al problema ni lo positivo, simplemente comprenderlo,…

Si me quieres entender, camina un rato con mis zapatos. (Proverbio indio)

Según explica Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional “Las personas con empatía son líderes naturales que saben expresar el sentimiento colectivo no expresado y articulado para guiar a un grupo hacia sus objetivos”. La capacidad para la empatía se observa ya en algunos niños pequeños, pero, como otras habilidades sociales, se puede aprender, lo cual es algo positivo ya que si no somos empáticos “de serie” podemos llegar a serlo.

Ventajas de la empatía

Las personas empáticas tienen mejores relaciones con los demás (pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo,etc.) ya que, como saben reconocer, entender y respetar las emociones en las otras personas, son más capaces de dar una respuesta adecuada ante ellas, haciendo que la persona se sienta comprendida.

La empatía está estrechamente relacionada con el comportamiento altruista, es decir las personas con más capacidad empática ayudan más frecuentemente a personas que lo necesitan.

Es útil, unida a otras habilidades sociales como la comunicación y la asertividad, para la resolución de conflictos de forma no violenta.

Las personas empáticas están más dispuestas al cambio, ya que son más flexibles y se saben adaptar a las diferentes circunstancias de forma exitosa.

Estas son algunas de las muchas ventajas de la empatía, por ello debemos centrar esfuerzos en la educación emocional desde la infancia, para que poco a poco nuestra sociedad vaya creciendo con ellos con más atención y comprensión hacia las emociones de los demás.

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud

La técnica del semáforo
la técnica del semáforo para la gestión de las emociones

A menudo cuando interactuamos con otros nos dejamos llevar por nuestras emociones. En muchas ocasiones estas emociones son intensas y pueden llegar a ocasionarnos algún tipo de conflicto con los demás. Hoy os voy a hablar de una técnica muy útil para el control emocional y para mejorar nuestras interacciones y comunicación: la técnica del semáforo.

Todos conocemos lo que indican los diferentes colores de un semáforo: cuando está en rojo significa “no pasar”, cuando está en ámbar quiere decir “precaución” y cuando está en verde, “pasar” o “adelante”. Pues bien, la técnica del semáforo es una herramienta que está basada en esta simbología y puede resultar muy útil para aprender a gestionar las emociones y para fomentar momentos adecuados para la comunicación.

La técnica del semáforo se utiliza muy a menudo con niños para enseñarles a gestionar sus emociones, pero yo en terapia con mis pacientes (adolescentes y adultos) y en los talleres que imparto la utilizo también muy a menudo con estupendos resultados. Ya que siendo adultos no siempre sabemos gestionar nuestras emociones de manera adecuada.

La técnica del semáforo para la gestión de emociones.

Para aprender a gestionar las emociones podemos traducir los colores del semáforo a lo siguiente, permitiéndonos asociar nuestras emociones a los colores de este:

ROJO = PARAR: Cuando sientas una emoción fuerte (enfado, irá, rabia,…) párate de la misma forma que lo harías si fueras en el coche y vieras un semáforo en rojo. En este momento deberás identificar cuál es la emoción y qué estás sintiendo.
AMBAR = PENSAR: una vez que hayas parado, piensa y reflexiona qué comportamientos alternativos pueden ayudarte a solucionar esa situación.
VERDE =ACTÚA: lleva a cabo la mejor solución.

técnica del semáforo

Esto es fácil y con los niños funciona fenomenal. En el caso de los adultos podemos ir un poco más allá a través de la reflexión:

¿Qué tipo de sensaciones físicas noto cuando “estoy en rojo”, es decir cuando tengo una emoción negativa intensa? Éstas nos pueden servir de alerta o señal de aviso para detectar cuando estamos en rojo o antes de estarlo. Puede ser por ejemplo, calor, tensión muscular, dolor de estómago, respiración acelerada,…

¿Qué tipo de cosas me ayudan a relajarme o a pasar a una emoción más positiva (“pasar a verde”)? Consiste en identificar aquello que nos ayuda a mejorar, para potenciarlas en los momentos claves. Puede ser por ejemplo, respirar hondo, tiempo fuera, etc.

La técnica del semáforo para mejorar la comunicación.

La técnica del semáforo se puede variar un poquito de su forma inicial para aplicarla a la comunicación. Esto puede usarse sobre todo en parejas, en familias o en el aula.

Cuando alguien nos dice algo que nos molesta o simplemente cuando tengamos que hablar con alguien sobre algo importante, podemos hacernos la siguiente pregunta: “¿En qué color estoy?”.

la técnica del semáforo

ROJO = enfado, ira, indignación,… Si estoy en rojo (ya sea porque esa persona me ha molestado o porque vengo ya enfadado o molesto porque he tenido un día malo), será mejor tener claro que ese no es un buen momento para hablar, ya que seguramente será nuestra emoción quien hable por nosotros. Así que deberemos PARAR e incluso comunicarle de alguna forma a la otra persona que en ese momento no podéis hablar.

AMBAR = estoy empezando a sentirme molesto. Puede ser un buen momento para tomarnos unos minutos y aplicar alguna de esas estrategias que nos sirven para calmarnos o relajarnos.

VERDE = estoy tranquilo. En este caso, ¡adelante! En este momento podremos comunicarnos de manera asertiva sin problemas.

Aunque nosotros identifiquemos en qué color del semáforo estamos, al tener que interactuar con otros, es importante que además nos planteemos cómo se encuentra la otra persona emocionalmente. Cada uno necesitamos nuestro tiempo y espacio para volver a “estar en verde”, así que, por mucho que yo lo haya conseguido, si la otra persona todavía está en rojo, no nos servirá de nada. En la pareja, en el aula o en la familia, para aplicar la técnica del semáforo a la comunicación, puede ser muy útil crear un código clave para comunicar claramente a los demás cómo estamos en ese momento y viceversa. Se puede usar los tres colores verbalmente (por ejemplo, “Ahora no, por favor, estoy en rojo”), colocar semáforos en diferentes lugares de la casa o el aula, etc.

Lo importante al final es que poco a poco todos/as vayamos identificando y aprendiendo a gestionar correctamente nuestras emociones para tener mejores relaciones con los demás.

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Intervención con menores expulsados (PIMEX)
Intervención con menores expulsados

Mañana por la tarde ponemos en marcha por primera vez el proyecto PIMEX. Se trata de un plan de intervención con menores expulsados o sancionados de alguna forma por su centro escolar, basado en la educación emocional y en la dotación de herramientas sociales.

La adolescencia es una etapa difícil, en la que el menor busca definir su personalidad, encontrar su lugar en el mundo. Pero en ocasiones la búsqueda de esta identidad se realiza por vías que no son las más adecuadas. Problemas de autoestima, falta de habilidades sociales, dificultades para expresar y controlar las emociones de una manera adecuada, rechazo de las figuras de autoridad, falta de motivación, etc. Son algunas de las dificultades con las que vive un adolescente y que pueden estar detrás de comportamientos disruptivos en el centro educativo.

Ante un alumno conflictivo, la ley educativa prevé que se pueda expulsar a un alumno/a en la etapa obligatoria, pero no va más allá. Con el tiempo, se ha visto que la expulsión del centro educativo actúa como un “parche” para un problema inmediato. Además, puede suponer un aumento de otras conductas de riesgo entre los menores sancionados: consumo de drogas, vandalismo, violencia, etc.

No existe ninguna asignatura actualmente en la educación obligatoria que trabaje contenidos emocionales de manera equiparable a asignaturas como Lengua y Literatura, Matemáticas o Ciencias. Esto nos serviría para educar de forma integral a nuestros jóvenes y, en consecuencia, para prevenir dificultades y conflictos en el futuro.

Existen numerosos programas en el ámbito estatal con un carácter preventivo y/o rehabilitador, que trabajan con menores de centros educativos para mejorar la convivencia escolar. Sin embargo, no hay muchos programas implantados en España que realicen una intervención con menores expulsados o sancionados. La filosofía de trabajo con los adolescentes no debe ser punitiva, sino rehabilitadora: trato humano, confianza, trabajo, aprendizaje, socialización. Es necesario un espacio dónde se adquieran herramientas (educación emocional, regulación afectiva y personal, transmitir valores positivos, escucha activa, desarrollo de la empatía, sentido de la responsabilidad, gestionar el enfado, cooperación para la resolución de problemas…).

Ante la falta de un recurso de similares características en la ciudad de Zaragoza y nuestra experiencia en el trabajo con adolescentes, desde Espacio Mente y Salud planteamos el Proyecto PIMEX: Plan de Intervención con Menores Expulsados, ofreciendo una intervención específica, basada en la educación emocional y en la dotación de herramientas sociales que permita a los adolescentes responder de maneras alternativas en sus conflictos cotidianos. Y la primera experiencia de este Plan de Intervención con Menores Expulsados va a ser en el IES Pablo Gargallo de Zaragoza con un grupo de alumnos que han sido sancionados en los meses anteriores.

¡Os contaremos la experiencia! Y si trabajas en un centro educativo y estás interesado/a en implantar nuestro proyecto en tu centro durante el próximo curso, puedes ponerte en contacto con nosotras en info@espaciomenteysalud.es.

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