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Mi pene y yo

En “La dictadura de la normalidad en el orgasmo femenino” abordé cómo las mujeres hemos sido sometidas a una cruel normatividad sobre la tipología de nuestros orgasmos. Retomando el concepto de normatividad, hoy quiero centrarme en el Pene, ese órgano de capital importancia para la mayoría de los hombres, que en algunas ocasiones, se convierte en un gran dictador.

Fragmentos sobre mi pene:

Estos fragmentos son tan sólo tres ejemplos de los discursos con los que me suelo encontrar en la consulta, la gran mayoría siguen esta línea, girando todos ellos en torno a la  supremacía del pene y su profunda vinculación al bienestar emocional.

“Soy eyaculador precoz, eyaculo mucho antes de lo que debería, me da vergüenza que la gente se enteren, así que, cuando alguien me gusta, evito todo tipo de acercamiento…”

“Tengo micropene, es tan pequeño que no puedo penetrar, me cuesta muchísimo relacionarme y me asusta la reacción que puedan tener al verlo, me siento muy mal…”

“Soy impotente, no tengo erecciones, no puedo dar placer a la otra persona y  hasta que  no solucione esto no quiero mantener relaciones con nadie…”

¿Cómo puede ser que tan sólo una parte de nuestro cuerpo impere así sobre nuestra felicidad? generando tanto sufrimiento, aislamiento y sumergiéndonos en una asumida actitud de inferioridad. Algo no estamos haciendo bien, cómo sociedad, como individuos, como partes del todo…y a veces ni siquiera somos conscientes de la sutileza que encierran ciertas actitudes con las que fomentamos ideas falseadas.

Sobre el pene nos han pautado, y digo nos, porque tanto a mujeres como a hombres nos han hecho seguidores de este lema, cuánto debe medir, cuál debe ser su grosor, cuanto se debe tardar en eyacular etc…hay cientos de estudios dedicados al pene desde esta perspectiva. Convirtiendo esta parte del cuerpo en objeto de evaluación bajo unos calibres impuestos que lo único que consiguen es construir una tiranía genital. Sigo sin entender este interés de dirigir el foco de atención exclusivamente a estas variables, que ni son absolutas ni determinantes para el placer.

El pene acaba siendo para muchos hombres el monstruo temido del cuento, receptor de un injusto rechazo y desprecio generado por el dogmatismo social y la vorágine estadística.

El placer no entiende de centímetros ni de minutos, entiende de deseos, de encuentros, de juegos, de sentidos… En definitiva, el placer no entiende de deberes, sino de seres.

 

Carolina García Cuartero

Psicóloga y Sexóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Adiós quejas, ¿asumes el reto?
eliminar las quejas

Que levante la mano el que no se queja nunca… Raro, verdad? La mayoría de personas nos quejamos continuamente (que si el calor, que si el frio, que si llueve, que si la compañía telefónica, que si el trabajo,…). Normalmente lo hacemos de forma inconsciente e igual no nos damos cuenta. Así que hoy os voy a hablar de las quejas y os voy a proponer un reto (bueno, en realidad son dos), a ver quién lo consigue.

Las quejas son pura negatividad. Y pensaréis: “es que si sólo me ocurren cosas malas, ¡no voy a estar contento/a!”. Si nos quejamos de forma constructiva y adoptamos una actitud activa para cambiar lo que no nos gusta, está bien, eso es positivo. Sin embargo, lo que ocurre cuando nos quejamos gratuitamente y no hacemos nada más estamos fijando continuamente la atención en lo negativo, haciendo que nos perdamos todo lo demás. Y además al emitir nuestras quejas de forma habitual estamos contagiando esa negatividad a los demás. ¿Os habéis fijado en que las quejas son como un virus? Cuando estamos con alguien que se queja mucho nuestro estado de ánimo “se agria”, se vuelve más negativo y acabamos haciendo lo mismo, quejarnos.

Lo peor de todo es que no somos realmente conscientes de que somos tan quejicas, o tan “quejones”, como lo queráis llamar. Pero lo cierto es que la mayoría de personas lo hacemos unas 20 quejas de media al día, 20! Eso es una barbaridad y algo tenemos que hacer con ello.

El pastor Will Bowen (EEUU) ya se planteó esto en 2006 y propuso a su comunidad “El reto de los 21 días”, 21 días sin quejas para eliminar esta forma de comunicarnos y cambiar el mundo. ¿Por qué 21 días? Porque muchos estudios dicen que para crear un nuevo hábito hacen falta 21 días para que nuestro cerebro lo asuma. Para ello, Bowen repartió a sus feligreses una pulsera morada y les indicó que cada vez que se sorprendieran emitiendo quejas, se la cambiaran de muñeca y volvieran a empezar. Lo sorprendente es que casi todos los que asumieron el reto lo terminaron, pero tardaron 5 meses de media, para que veáis lo interiorizado que tenemos el quejarnos de todo de forma habitual.

Si dejamos de quejarnos, es una forma de limpieza, de deshacernos de este mal hábito para reprogramar o reeducar a nuestro cerebro y hacer nuestras vidas un poquito mejores. Así que os voy a proponer dos retos, uno de ellos que ha estado moviéndose estos días por las redes sociales y me ha parecido buena idea, ¿te apuntas?

Vamos a decir adiós a las quejas.

El reto de Bowen de 21 dias sin quejas me parece estupendo, pero creo que es un escalón muy grande, así que vamos a empezar por algo más sencillo (supuestamente, pero os aseguro que es complicado por propia experiencia): 24 h sin quejas. Seguro que estos días lo has visto en las redes, es un ejercicio sacado del libro “Coaching personal” de Pam Richardson. ¿En qué consiste? Estas son las reglas.

dejar de quejarse

Puede ayudarte colocarte una goma en la muñeca y cambiarla de mano cada vez que te quejes, o hacerlo con tu reloj. Este reto NO consiste en encajar los golpes o el malestar con una sonrisa, en obligarse a ver la vida con mayor optimismo o fingir que todo va bien y aguantarse. No.

Si consigues este primer reto, enhorabuena! Habrás dado un grandísimo paso! Y ya estarás preparado/a para pasar al siguiente escalón y aceptar el reto de Bowen de “21 días sin quejas” que nos propone en su libro «Un mundo sin quejas».

¿Qué vas a conseguir al alcanzar este reto?

Desarrollarás una forma diferente de comunicarte, mucho más positiva y proactiva. Esto conseguirá acercarte más a tus objetivos, a crecer como persona y a ver lo que te rodea y a ti mismo desde otro prisma.

¿Asumes el reto? ¿Dices adiós a las quejas? ¡Yo ya he comenzado! ¡Espero vuestras experiencias!

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Los beneficios de la relajación
aprender a relajarse

El ritmo de vida actual nos hace vivir acelerados, intentando llegar a todo (el trabajo, la familia, la pareja, las obligaciones diarias,…). El cansancio, el agotamiento, la angustia,… son señales que nuestro cuerpo nos da para parar, para hacer un alto a reponer fuerzas. Mucho tiempo bajo presión y agotamiento no son saludables y hacen aparecer síntomas de ansiedad y estrés, que pueden desembocar en consecuencias más graves (problemas físicos y psicológicos). Así que toca hacer una pausa, dedicarnos un tiempo a cuidarnos, y la relajación puede ayudarnos. Hoy os quiero hablar sobre los beneficios de la relajación.

A menudo oímos que la relajación es muy beneficiosa. Todos alguna vez nos hemos sentido relajados y el recuerdo es muy placentero. Sin embargo, hay épocas en las que el nivel de estrés puede ser tan alto que casi ni nos acordamos de cómo era esa sensación y vemos absolutamente imposible conseguir relajarnos.

La relajación es un estado en el que la mente queda libre, nuestros músculos se destensan, nuestra respiración se apacigua y nos invade una sensación muy placentera. Pero aparte de estas consecuencias, los beneficios de la relajación son mucho más amplios.

beneficios de la relajacion

14 beneficios de la relajación que debes conocer.

1. Disminuye la frecuencia respiratoria: la respiración se hace más pausada y acompasada, lo que proporciona más oxígeno al cerebro y a nuestras células y estimula el riego sanguíneo.
2. Se ralentiza la frecuencia cardíaca, reduciendo el trabajo de nuestro corazón.
3. Disminuye la presión arterial.
4. Fomenta la vasodilatación: los músculos que rodean nuestro sistema circulatorio se relajan, por lo que los vasos se pueden expandir y se favorece el riego sanguíneo.
5. Aumenta el flujo sanguíneo hacia los músculos.
6. Reduce la secreción de adrenalina y noradrenalina por las glándulas suprarrenales.
7. Refuerza el sistema inmunológico, ya que fomenta la producción de leucocitos.
8. Disminuye los signos y síntomas de enfermedad: dolor de cabeza, nauseas, diarrea,…
9. Reduce las respuestas emocionales no saludables: el enfado, la ira, la frustración, el llanto, la ansiedad y el estrés.
10. Mejora la concentración y la creatividad.
11. Aumenta las frecuencias cerebrales Alfa (que se corresponden con estados relajados).
12. Fomenta estados de descanso más profundos.
13. Aumenta la energía y el optimismo.
14. Retrasa el proceso de envejecimiento.

aprender a relajarse

Estos son algunos de los múltiples beneficios de la relajación. Para conseguirlos, hay que practicarla a diario. El objetivo es incorporarla a nuestra vida diaria como un hábito más. Existen diferentes técnicas de relajación que más adelante os contaremos.

Si estás interesado/a en aprender a relajarte y disfrutar de los beneficios de la relajación, te invitamos a participar en nuestras sesiones de técnicas de relajación.

¡Consultanos!

Laura Gracia Crespo
Psicóloga sanitaria en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

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