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La técnica del semáforo
la técnica del semáforo para la gestión de las emociones

A menudo cuando interactuamos con otros nos dejamos llevar por nuestras emociones. En muchas ocasiones estas emociones son intensas y pueden llegar a ocasionarnos algún tipo de conflicto con los demás. Hoy os voy a hablar de una técnica muy útil para el control emocional y para mejorar nuestras interacciones y comunicación: la técnica del semáforo.

Todos conocemos lo que indican los diferentes colores de un semáforo: cuando está en rojo significa “no pasar”, cuando está en ámbar quiere decir “precaución” y cuando está en verde, “pasar” o “adelante”. Pues bien, la técnica del semáforo es una herramienta que está basada en esta simbología y puede resultar muy útil para aprender a gestionar las emociones y para fomentar momentos adecuados para la comunicación.

La técnica del semáforo se utiliza muy a menudo con niños para enseñarles a gestionar sus emociones, pero yo en terapia con mis pacientes (adolescentes y adultos) y en los talleres que imparto la utilizo también muy a menudo con estupendos resultados. Ya que siendo adultos no siempre sabemos gestionar nuestras emociones de manera adecuada.

La técnica del semáforo para la gestión de emociones.

Para aprender a gestionar las emociones podemos traducir los colores del semáforo a lo siguiente, permitiéndonos asociar nuestras emociones a los colores de este:

ROJO = PARAR: Cuando sientas una emoción fuerte (enfado, irá, rabia,…) párate de la misma forma que lo harías si fueras en el coche y vieras un semáforo en rojo. En este momento deberás identificar cuál es la emoción y qué estás sintiendo.
AMBAR = PENSAR: una vez que hayas parado, piensa y reflexiona qué comportamientos alternativos pueden ayudarte a solucionar esa situación.
VERDE =ACTÚA: lleva a cabo la mejor solución.

técnica del semáforo

Esto es fácil y con los niños funciona fenomenal. En el caso de los adultos podemos ir un poco más allá a través de la reflexión:

¿Qué tipo de sensaciones físicas noto cuando “estoy en rojo”, es decir cuando tengo una emoción negativa intensa? Éstas nos pueden servir de alerta o señal de aviso para detectar cuando estamos en rojo o antes de estarlo. Puede ser por ejemplo, calor, tensión muscular, dolor de estómago, respiración acelerada,…

¿Qué tipo de cosas me ayudan a relajarme o a pasar a una emoción más positiva (“pasar a verde”)? Consiste en identificar aquello que nos ayuda a mejorar, para potenciarlas en los momentos claves. Puede ser por ejemplo, respirar hondo, tiempo fuera, etc.

La técnica del semáforo para mejorar la comunicación.

La técnica del semáforo se puede variar un poquito de su forma inicial para aplicarla a la comunicación. Esto puede usarse sobre todo en parejas, en familias o en el aula.

Cuando alguien nos dice algo que nos molesta o simplemente cuando tengamos que hablar con alguien sobre algo importante, podemos hacernos la siguiente pregunta: “¿En qué color estoy?”.

la técnica del semáforo

ROJO = enfado, ira, indignación,… Si estoy en rojo (ya sea porque esa persona me ha molestado o porque vengo ya enfadado o molesto porque he tenido un día malo), será mejor tener claro que ese no es un buen momento para hablar, ya que seguramente será nuestra emoción quien hable por nosotros. Así que deberemos PARAR e incluso comunicarle de alguna forma a la otra persona que en ese momento no podéis hablar.

AMBAR = estoy empezando a sentirme molesto. Puede ser un buen momento para tomarnos unos minutos y aplicar alguna de esas estrategias que nos sirven para calmarnos o relajarnos.

VERDE = estoy tranquilo. En este caso, ¡adelante! En este momento podremos comunicarnos de manera asertiva sin problemas.

Aunque nosotros identifiquemos en qué color del semáforo estamos, al tener que interactuar con otros, es importante que además nos planteemos cómo se encuentra la otra persona emocionalmente. Cada uno necesitamos nuestro tiempo y espacio para volver a “estar en verde”, así que, por mucho que yo lo haya conseguido, si la otra persona todavía está en rojo, no nos servirá de nada. En la pareja, en el aula o en la familia, para aplicar la técnica del semáforo a la comunicación, puede ser muy útil crear un código clave para comunicar claramente a los demás cómo estamos en ese momento y viceversa. Se puede usar los tres colores verbalmente (por ejemplo, “Ahora no, por favor, estoy en rojo”), colocar semáforos en diferentes lugares de la casa o el aula, etc.

Lo importante al final es que poco a poco todos/as vayamos identificando y aprendiendo a gestionar correctamente nuestras emociones para tener mejores relaciones con los demás.

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Sal de tu zona de confort
la zona de confort

Hace unos meses, cuando estrenábamos el blog, hablábamos ya de la zona de confort cuando abordábamos el miedo al cambio. Pero hoy quiero profundizar en este concepto de la zona de confort, que me parece especialmente interesante.

La zona de confort es esa zona imaginaria donde nos encontramos cómodos porque todo es familiar y lo dominamos, donde no hay imprevistos. La componen un conjunto de conductas que acomodamos para evitar correr riesgos y sentirnos seguros. Pero en la zona de confort no todo es bueno, puede haber cosas malas, que no nos gustan (una relación de pareja, un trabajo, malas costumbres adquiridas, etc.), pero que al fin y al cabo nos resultan cómodas y preferimos esto de “Mas vale malo conocido que bueno por conocer”, por lo que pueda pasar.

Al fin y al cabo toda nuestra vida es una zona de confort, entonces ¿cuál es el problema? El no salir nunca de la zona de confort. El objetivo es ir expandiendo poco a poco nuestra zona de confort, de manera que lo que en un principio está fuera de ella, en terreno pantanoso y que parece “peligroso”, “difícil”, “imposible”, acabe con el tiempo formando parte de ese repertorio de conductas y rutinas de nuestra zona de confort.

¿Qué nos habría pasado a todos si siendo bebés no nos hubiéramos arrancado a explorar lo que nos rodeaba para acabar caminando como lo hacemos ahora? Y en ese proceso nos llevamos algún culetazo y algún coscorrón, pero al final mereció la pena, porque si no aún estaríamos sentados “viéndolas venir”.

Así que si haces un poco de reflexión sobre tu vida y sobre ti mismo/a y ves que hay cosas que no te gustan, tal vez sea el momento de dar un paso hacia el cambio.

zona de confort

Razones por las que no salimos de la zona de confort

  • Por hábito: somos animales de costumbres y organizamos nuestra vida en base a unas rutinas, las cuales nos cuesta mucho cambiar.
  • Por miedo al cambio y al fracaso: tenemos miedo de probar cosas nuevas por miedo a equivocarnos.
  • Por pereza: aquellas cosas que requieren algo de esfuerzo, nos dan una pereza tremenda, porque estamos muy acomodados.
  • Por falta de seguridad en nosotros mismos: cuando uno duda de si mismo le cuesta mucho dar un paso al frente, correr riesgos, porque si le sale mal supone una punzada en su ya baja autoestima.
  • Por hacer más caso a los demás que a nuestras propias ambiciones: a menudo nos rodeamos de gente que (aunque con buena fe) nos lastran con sus comentarios del tipo “¿estás seguro de eso?”, “¿no te parece un riesgo?”, “ten cuidado que igual te sale mal”,… Esto está muy relacionado con el punto anterior, a menos seguridad, más valor le daremos a la opinión de los otros en detrimento de la nuestra.

Beneficios de salir de la zona de confort

Salir de la zona de confort nos aporta muchos beneficios, estos serían algunos de ellos:

  • Estimula nuestro afán de superación: Cuando conseguimos ampliar una vez nuestra zona de confort la satisfacción es tal que vemos que podemos ir a más y más y se inicia un ciclo de escalada hacia el éxito.
  • Fomenta el crecimiento personal: cuando nos damos cuenta de que somos capaces de alcanzar aquello que nos daba miedo, es una aportación muy valiosa a nuestra “mochila” que nos va a acompañar en adelante en nuestro camino a explorar mas allá de nuestra nueva zona de confort.
  • Nos permite aprender a lidiar con los imprevistos: decimos adiós a la aburrida seguridad de la zona de confort y aprendemos miles de herramientas para hacer frente a imprevistos que surjan.
  • Aumenta la seguridad en nosotros mismos: cuando uno se enfrenta a un reto y lo supera cree un poquito más en sí mismo y eso le da una inyección de valentía y seguridad para dar el siguiente paso y así sucesivamente.

Después de leer esto, ¿todavía te apetece quedarte en tu zona de confort? Si tu respuesta es sí, no pasa nada, cada uno necesitamos nuestro tiempo y espacio para analizar nuestra realidad y decidir qué hay alrededor de nuestra zona de confort con lo que nos atrevamos para empezar. Y si tu respuesta ha sido no, ¡enhorabuena! ¡Ese es el primer paso! No consiste en lanzarse “a lo loco” fuera de la zona de confort, sino enfocarse en aquellas cosas que nos llevarán al éxito. Si te apetece empezar a salir de tu zona de confort de nuestra mano, te invito a nuestro taller “Cambia tu mundo” el próximo 24 de Octubre.

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Modelo de belleza femenina, ¿cómo nos afecta?
Cómo nos afecta el modelo de belleza fenenina

Aunque el tiempo que nos acompaña estos días no nos invita a pensar que el verano ya está cerca, los medios de comunicación sí que se encargan de recordárnoslo. Nos bombardean continuamente con anuncios sobre productos adelgazantes, reafirmantes, light, etc., dietas milagro, críticas a los cuerpos de los famosos,… Todo ello para llegar a estar “perfectas” para el verano, para lucir una “figura 10”… Pero, ¿qué es un cuerpo 10? ¿Quién decide las características que son “más bellas” en un cuerpo de mujer? Hoy quiero reflexionar sobre cómo nos influye el modelo de belleza femenina.

El modelo de belleza femenina ha ido evolucionando a lo largo de la historia, resaltando un “cuerpo ideal” muy diferente dependiendo de la época. Por ejemplo, hubo una época en la que los cuerpos voluptuosos, con amplias caderas y pechos, eran símbolo de salud, fertilidad y belleza. Sin embargo, todo acabó evolucionando a perseguir una talla 36, influido por el gran protagonismo de algunas top models. Si queréis hacer un repaso sobre la evolución del modelo de belleza femenina a lo largo de la historia podéis leer más aquí.

En la actualidad, el modelo de belleza femenina apuesta por la delgadez, por la falta de curvas. Se nos vende “la perfección”, pero esta belleza perfecta no existe. A diario vemos a modelos y famosas en la tele, en internet y en las revistas con una apariencia que es absolutamente irreal. En casi todas las ocasiones acentuada por “artimañas” como el maquillaje o el photoshop que “arregla los desperfectos”, corrige arrugas y manchas, quita la “carne sobrante”, ilumina el rostro, etc. Todo para acercarlo a ese ideal de belleza. En el siguiente vídeo podéis ver cómo el photoshop y el maquillaje pueden cambian por completo la imagen de una persona.

Luego están las tallas. Hacer como talla estándar la 36-38 y considerar la talla 44 una “talla grande”. Esta etiqueta, hace pensar a muchas mujeres que están gordas porque están fuera de lo que se considera “normal”, minando su autoestima. Por no hablar de las diferencias de tallaje en función de la tienda. ¿Quién no ha ido a probarse un pantalón de su talla y que no le sirva? Normalmente, el primer pensamiento automático suele ser “Ya me he engordado”, sin embargo, no es nuestro cuerpo el que falla, sino las tallas. Estas no están basadas en mujeres reales, por lo que a menudo no sirven a mujeres reales.

Y aunque pensamos que esto no nos afecta, porque somos totalmente conscientes de las manipulaciones, sí que lo hace. De forma implícita (aunque muy a menudo de forma explícita) va influyendo en nuestra percepción de la belleza, en lo que pensamos que es “bonito” y lo que es “feo”.

Consecuencias del modelo de belleza femenino

Este modelo de belleza tan alejado de la realidad acaba ejerciendo una influencia negativa en la mayoría de los casos:

Baja autoestima y frustración. Vemos que nuestra imagen no se acerca a ese modelo de belleza femenino y por mucho que nos esforcemos, nunca estaremos lo suficientemente cerca. Pero no nos damos cuenta de que la razón es que es irreal. A veces se acaba recurriendo a la cirugía para poder alcanzar aquello que deseamos, a dietas super agresivas para perder 10 kg en poco tiempo,… Pero todo ello al final no nos hace felices, baja nuestra autoestima y nos frustra.

Visión distorsionada sobre nuestra propia belleza. Al final la baja autoestima hace que constantemente nos comparemos con ese ideal de belleza y que cada vez nos veamos más lejos, distorsionando incluso esa imagen sobre nuestro propio cuerpo.

Inseguridad. Nos convertimos en mujeres poco seguras, porque nos sentimos constantemente cuestionadas y evaluadas.

Enfermedades. Al final tanta presión, en algunas mujeres acaba pasando factura, una cara factura: trastornos de la conducta alimentaria o de la imagen corporal como la anorexia y la bulimia.

¿Qué podemos hacer para no dejarnos influir por el modelo de belleza femenino?

  • Confía en ti misma
  • Mírate al espejo a diario y con una sonrisa dile a ese reflejo lo guapa que es
  • Lleva una dieta equilibrada y realiza deporte habitualmente, no para estar perfecta sino para estar sana y sentirte bien
  • Muéstrate atenta y crítica con el bombardeo de los medios. No consiste en criticar, sino en ser consciente de que esos modelos no son reales y por lo tanto no alcanzables.
  • Cultiva tu autoestima positiva, acéptate tal y como eres. Si tú no te aceptas no esperes que los demás lo hagan.
  • Navegando por la red me encontre hace poco con este video de la nueva campaña de Dove (no nos patrocinan el blog, pero creo que hacen campañas muy buenas para luchar contra este canon de belleza y por fomentar la autoestima de las mujeres):

    El cambio está en las manos de cada una de nosotras, en tomar conciencia y actuar. ¿Estás dispuesta?

    Laura Gracia Crespo
    Psicóloga en Espacio Mente y Salud

    Primera experiencia con menores expulsados
    educación emocional con adolescentes

    Como os prometimos hace unas semanas en nuestra sección de noticias, vamos a contaros nuestra experiencia con el Plan De Intervención con Menores Expulsados que pusimos en marcha a principios de Mayo en un centro educativo en Zaragoza. Pero antes de eso, vamos a hablaros sobre el proyecto, para que los conozcáis un poco más a fondo.

    Plan de Intervención con Menores Expulsados (PIMEX).

    Ante la falta de un recurso para poder trabajar con menores que han sido expulsados o sancionados en los centros educativos de Zaragoza, planteamos este proyecto para ofrecer una intervención específica con el objetivo principal de dotar de recursos y herramientas psico-educativas que permitan a los menores desarrollar habilidades y actitudes, tanto individuales como sociales (comunicación, asertividad, autoestima positiva, autocontrol emocional, etc.), para un mejor funcionamiento en su día a día.

    Por ello elaboramos este plan de intervención con menores expulsados (PIMEX), con grupos de entre 5 y 10 menores y basándonos en la siguiente estructura:

  • Sesión 0: Reunión con padres
  • Sesión 1: Introducción e inteligencia emocional
  • Sesión 2: Autoestima
  • Sesión 3: Habilidades Sociales
  • Sesión 4: Autocontrol, frustración y aceptacón de la autoridad.
  • Sesión 5: Motivación al cambio y evaluación
  • Todo ello a través de una metodología práctica y dinámica, utilizando medios audiovisuales, role-playings, dinámicas grupales, etc.

    Tras la intervención, realizamos un informe sobre la misma, incluyendo recomendaciones de intervención posterior con los menores participantes en función de lo observado en la interacción con ellos.

    La experiencia de intervención con menores expulsados en el IES Pablo Gargallo de Zaragoza

    En el mes de mayo llevamos a cabo nuestra primera puesta en marcha del proyecto en el IES Pablo Gargallo de Zaragoza. Tras varias reuniones e intercambios de correos electrónicos durante el curso, por problemas de agenda del centro, decidimos conjuntamente reorganizar los contenidos para reducirlo a 4 sesiones, además de una reunión con los padres (acompañada por café y pastas por cortesía del centro, que siempre anima el ambiente) para darles a conocer el proyecto, conocer sus inquietudes y las dificultades con las que se encontraban con sus hijos/as.

    La selección de los alumnos la realizó el centro educativo, teniendo en cuenta aquellos menores que habían sido sancionados de alguna manera por su comportamiento en el centro, pero no todos ellos habían llegado a ser expulsados del mismo. Menores hacia los que existía la confianza de que podían mejorar y plantearse las cosas de otra forma dentro y fuera del centro. Así que nos encontramos con un grupo de 7 alumnos y alumnas de 1º y 2º ESO, la mayoría de ellos con dificultades para identificar y expresar adecuadamente sus emociones. Su actitud inicialmente parecía un poco a la defensiva, porque vivían la actividad como un “castigo”; sin embargo, después de explicarles qué y cómo íbamos a trabajar y de escuchar sus demandas y preocupaciones se “ablandaron” y entraron enseguida a participar activamente en las actividades. Resultó ser una experiencia muy chula, nos encontramos con chavales que a menudo acaban siendo estigmatizados y etiquetados por su comportamiento (respuestas “fuera de tono”, conflictos con compañeros, etc.) pero que en muchas ocasiones no saben cómo hacer las cosas de manera diferente. Sin embargo en cuanto les ofreces una mano para dar el paso la cogen con fuerza y se suben a carro.

    Nos llevamos de esta experiencia gran satisfacción, cositas para mejorar (todo lo que se plantea sobre el papel hay que pulirlo posteriormente) y muchas ideas nuevas! Los chavales evaluaron la actividad de forma muy positiva y eso es una inyección de energía para seguir mejorando. Y también nos gustaría destacar la atención impecable y cercana que hemos tenido por parte del personal del IES Pablo Gargallo, en concreto del departamento de orientación, del servicio de mediación y del PIEE. Nos hemos sentido como en casa y esperamos poder repetir en próximos cursos.

    Evidentemente, con esta intervención no se soluciona todo. PIMEX es un primer paso, una forma de introducir las herramientas básicas y posteriormente los alumnos habrán de practicar, ya sea de forma individual o con el apoyo del centro. Lo ideal sería que todos los centros educativos incluyeran la educación emocional en el curriculum académico, como una asignatura más, como forma de prevenir los conflictos y para formar de manera integral a nuestros niños y jóvenes. Pero sabemos que, de momento, estamos un poco lejos de esto, por ello recomendamos a los centros que busquen alternativas extraescolares o actividades complementarias para paliar estas necesidades. Desde Espacio Mente y Salud también disponemos de un proyecto de prevención de conflictos, basado en la educación emocional, dirigido a alumnos de ESO.

    Tanto el Plan de Intervención con Menores Expulsados (PIMEX) como el proyecto de Prevención de Conflictos, son proyectos en los que hemos puesto mucha energía y, desde nuestra experiencia en el trabajo con adolescentes, creemos que son muy necesarios. Si trabajas en un centro educativo de Educación Secundaria, si perteneces al AMPA de algún centro, etc. y deseas saber más sobre cualquiera de ellos, puedes solicitarnos información a través de info@espaciomenteysalud.es.

    ¡Abrazos a tod@s!

    La asertividad, la llave que nos abre puertas
    comunicación con asertividad

    A menudo nos encontramos en situaciones en las que no sabemos muy bien cómo expresar nuestros sentimientos o nuestras opiniones, en las que alguien dice algo que nos molesta y no sabemos controlar nuestro enfado, otras en las que sentimos que los demás se aprovechan de nosotros… Por eso hoy quiero hablaros de la asertividad, una habilidad de comunicación muy útil y muy importante.

    “Asertivi…¿qué?”. La asertividad nos permite expresar de forma adecuada nuestras emociones frente a otra persona, haciéndolo sin hostilidad ni agresividad. Una persona asertiva sabe expresar directa y adecuadamente sus opiniones y sentimientos (tanto positivos como negativos) en cualquier situación social. ¿Tú eres asertivo/a? Si la respuesta es no, ¡no te preocupes! Puede aprenderse, con tiempo y esfuerzo se puede conseguir.

    3 formas de comunicarnos: agresividad, pasividad y asertividad.

    Imagina un continuo, donde la agresividad está en un extremo y la pasividad en el otro. Nos vamos moviendo a diferentes puntos del continuo en función de la situación.

    estilos de comunicación

    Las personas agresivas anteponen sus necesidades a las de los otros, luchan por salirse con la suya “pisoteando” a los demás, hablan en un tono elevado o amenazante, chantajean, usan la ironía,… Y en el extremo opuesto están las personas pasivas, que anteponen las necesidades de los demás sobre las suyas, dando más valor a lo que los otros piensan, callan lo que piensan para no ofender o para no crear conflicto, hablan en tono bajo o dubitativo,…

    En un punto intermedio se encuentra la asertividad. Las personas asertivas hablan en primera persona de lo que piensan, sienten, quieren o necesitan, dando espacio también a los demás a expresarse, y transmiten seguridad porque utilizan un tono firme pero relajado.

    Todos actuamos de estas tres formas según las situaciones, pero siempre una predomina sobre los otros. No existe una persona 100% asertiva, el objetivo es conseguir la libertad para elegir cómo queremos comportarnos en ciertas situaciones, porque es diferente elegir que reaccionar.

    Si algún día estás en la cola del supermercado y alguien se cuela, podrás observar los diferentes estilos. Tendrás al que se queda callado o como mucho le lanza una mirada cómplice a alguno de la misma cola, buscando que éste/a diga algo. También verás al que se lanza a protestar directamente diciendo algo tipo “Oiga! No se cuele!” o “Señora (o señor)! Se está colando!”. Por desgracia, es en menos ocasiones cuando vemos a alguien que se dirige de forma asertiva. Algo del tipo: «Disculpe Señora, tal vez no se haya dado cuenta de que se está colando, pero eso puede molestar a los que estamos esperando en la fila.»

    Si reaccionamos de forma agresiva, lo más fácil es que nos encontremos una reacción de igual magnitud o superior, porque todos nos solemos poner a la defensiva. Y si reaccionamos pasivamente, seguramente no será la primera ni la última vez que se aprovechen de nosotros. Sin embargo, si utilizamos la asertividad, tendremos más posibilidades de conseguir mejores resultados, se nos abren más puertas.

    “Sea como fuere lo que pienses, creo que es mejor decirlo con buenas palabras”.
    William Shakespeare.

    ¿Cómo utilizar la asertividad para comunicarnos?

    Haim Guinott nos propone una técnica asertiva muy útil para cuando queramos expresar algo que nos incomoda o molesta: “la fórmula XYZ”. “Cuando haces o dices X, me siento Y, por lo que me gustaría que hicieras Z”.

    X: Definir claramente el problema, ¿qué es exactamente lo que me ha molestado?

    Y: Identificar claramente cómo me ha hecho sentir. Hay que evitar decir “me haces sentir mal”, indaguemos un poco más.

    Z: Especificar la conducta que hubiera preferido, formulado en positivo (evitando el “no hagas…”, el “dejar de…”, etc.). Los demás no pueden adivinar cómo nos gustarían las cosas, si no les damos una pista pueden optar por el ensayo-error hasta que acierten.

    Algunos autores proponen añadir un cuarto elemento: “¿Qué te gustaría que hiciera yo?/ Por mi parte me comprometo a…”. Se trata de asumir la parte de responsabilidad que nos toca, tendiendo la mano al otro y cerrando el círculo.

    Por ejemplo, “Cuando me preguntas continuamente qué me pasa y yo te respondo que nada, haces que me sienta tenso y que me encierre más en mi mismo, por lo que me gustaría que esperases a que yo esté preparado para explicarte. Por mi parte me comprometo a cambiar mi respuesta y decirte más claramente que necesito un tiempo para aclarar mis ideas y sentimientos y a recurrir a ti en cuanto lo esté”.

    No siempre vamos a obtener los resultados esperados en los otros, pero por lo menos que no sea porque lo hemos intentado de buenas formas! Es una de las cosas que trabajamos con los adolescentes en el proyecto PIMEX y que a todos nos puede ser útil para responder ante una crítica o para expresar cómo nos sentimos ante algo. Ahora toca poner en práctica y contarnos tus experiencias.

    Si quieres desarrollar tus habilidades asertivas para mejorar tus relaciones sociales, te invito al Taller de Asertividad que tendrá lugar el próximo 30 de Mayo en Zaragoza. Toda la información aquí.

    ¡Abrazos para tod@s!

    Laura Gracia Crespo
    Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

    Bibliografía:

    Bach,E. y Fornés, A. “La asertividad. Para gente extraordinaria”. Plataforma Editorial.
    Castanyer, Olga. “Aplicaciones de la asertividad”. Editorial Desclée De Bouwer
    Roca, Elia. “Como mejorar tus Habilidades Sociales”. ACDE Ediciones.

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