E: info@espaciomenteysalud.es | T: 654548136
Lo que te pasa depende de ti
la leyenda de la mariposa

A menudo oímos a personas que se sienten dañadas por otras personas, que sienten que han «jugado» con sus emociones y culpan a los otros de su tristeza y su rabia y ponen la total responsabilidad de su bienestar en que la otra persona cambie, o le pida disculpas o que sufra un mal terrible como venganza por lo que le ha hecho… Si esto es así estamos dándole el poder de nuestro bienestar a otra persona, el poder de que si él hace esto yo estaré bien; si él, tras su propio proceso, decide pedirme perdón, entonces estaré bien; si ella pierde el trabajo yo me sentiré genial (qué famosa y dolorosa frase del «ojo por ojo…»); si tú lo decides yo estaré bien. Qué sentencia más injusta, verdad?

Cuando estamos inmersos en toda esa rabia o en esa lástima hacia nosotros mismos nos cuesta mucho oír que nosotros somos responsables de estar así,que lo que te pasa depende de ti, porque de repente nos sentimos inseguros y respondemos: ¿Qué quiere decir? ¿Que nuestra rabia y tristeza, que me llevan acompañando durante los últimos meses, están ahí porque yo lo he querido? ¿Y qué pasa ahora con lo seguro (aunque a disgusto) que me sentía con esas emociones?. Pues que llega el momento de que cojas tú las riendas, de que analices la situación que te ha llevado a este estado y descubras aquellas cosas que TÚ has hecho para acabar así. Seguro que las cosas que ha hecho el otro las tienes estudiadísimas pero no te han servido para mejorar, verdad? Entonces vamos a darle la vuelta:

1) Busca aquellas cosas que dijiste o hiciste para que la otra persona reaccionara de aquella manera (un amigo muy querido que ha dejado de llamarte, una pareja que cada vez se aleja más, tu hermano que no te habla…). Echa la vista atrás y verás que siempre hay algo que tú has hecho para alimentar (e incluso producir en primera instancia) el círculo vicioso del malestar.

2) Intenta reparar el dolor, tanto el que hayas podido producir en la otra persona como el que te has producido a ti mismo. ACEPTA que tú también has sido responsable de la situación, ACEPTANDO QUE FUISTE PARTE DEL PROBLEMA ACEPTAS QUE ERES PARTE DE LA SOLUCIÓN.

3) Comienza a perdonarle y a PERDONARTE, lo hicisteis de la forma que supisteis y que pudisteis en ese momento. A partir de ahora seguro que estás más atento y evitas dañar (y que te dañen) de esa forma.

La leyenda de la mariposa azul: lo que te pasa depende de ti:

¡Felicidades, acabas de pasar de la DESTRUCCIÓN (tristeza, rabia, lástima..) a la CONSTRUCCIÓN (observación, cambio, esperanza, responsabilidad…)!

Laura Blasco Barrena
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

Las cartas terapéuticas

Hace unos meses os hablábamos en el blog sobre los beneficios que tiene escribir sobre nuestros sentimientos y pensamientos (puedes leer más sobre esto aquí). Esto es algo que podemos hacer cada uno de nosotros por nuestra cuenta, como una forma de aliviar la carga emocional que llevamos; pero también es una herramienta muy valiosa que utilizamos en las sesiones de terapia. Hoy quiero hablaros sobre las cartas terapéuticas.

Las cartas terapéuticas son escritos que realizan los pacientes para expresar en ellas aquellas emociones, pensamientos, etc. respecto a algo en concreto. La carta puede estar dirigida a un familiar fallecido, a una persona especial, a un síntoma, etc. Las cartas terapéuticas son una forma de dar salida a todo aquello que no podemos “sacar” de otra forma: rabia, ira, tristeza, etc. que nos provoca una situación o palabras que es imposible hacer llegar a la persona (ya sea porque está lejos, porque se ha roto la relación, porque ha fallecido o porque el destinatario es nuestro niño interior). Y son una herramienta que muchos psicólogos utilizamos en la terapia con nuestros pacientes.

La carta de despedida de un síntoma.

Como veis son muchas las variantes de estas cartas terapéuticas, pero el tipo de carta terapéutica que yo más utilizo con mis pacientes en terapia, es la carta de despedida del síntoma (la ansiedad, la tristeza, la baja autoestima, etc.), como un ritual de cierre del proceso terapéutico.

Aquí os muestro un ejemplo de carta de un paciente real, que me ha autorizado a compartirla con vosotros (aprovecho para darle las gracias otra vez por su generosidad). Esta carta fue escrita por el paciente y dirigida a su ansiedad, un síntoma que estuvo acompañándole unos meses, entorpeciendo su vida y haciéndole ser “otra persona», y que recurrió a mí para ayudarle a hacerle frente. Tras unos meses de trabajo y esfuerzo por su parte, le dedicó estas preciosas palabras a su ansiedad a través de esta carta de despedida:

Querida ansiedad,
Espero que al recibo de la presente te encuentres bien de salud.
Te escribo estas líneas para despedirme de ti.
Te acercaste a mí de manera sigilosa, casi sin darme cuenta, y poco a poco te fuiste instalando en mi vida, haciendo que me sintiera pequeñito, incapaz de hacer cosas.
Esto me hacía sentirme mal conmigo mismo y con los demás, hasta que llegó el momento de pedir ayuda.
Me puse en manos de especialistas, que me hicieron ver que te podía combatir, controlarte e incluso vencerte y, a base de sus consejos, vi que podía paliar tus efectos y ver que era capaz de hacer esas cosas que poco tiempo antes me parecían imposibles y enfrentarme a situaciones que creía insalvables.
Pasados estos meses ha llegado la hora de decir adiós.
Si vuelves a visitarme algún día te estaré esperando con las herramientas que he aprendido a usar y hacer que tu estancia sea lo más corta posible.
Un cordial saludo.

Como veis, contemplar el síntoma (la tristeza, la ansiedad, los celos,…) como algo externo a nosotros nos permite separarnos de él y poder decirle adiós, y las cartas terapéuticas son una herramienta muy útil como ritual de despedida.

Si te ha parecido interesante este post, por favor, deja tu comentario o comparte! Gracias!

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza

La vuelta al cole, a recuperar hábitos y rutinas
habitos y rutinas para la vuelta al cole

Hace un año, cuando todavía no teníamos blog, realizábamos nuestra primera colaboración con un artículo para el blog de Pajarito Pinzón (www.pajaritopinzon.com). En ese post hablábamos de algunas recomendaciones para volver a recuperar hábitos y rutinas con los peques con motivo de la vuelta al cole. Hoy recuperamos este artículo para compartirlo con todos vosotros, ya que acaba de llegar septiembre y toca volver a ordenarse.

Septiembre está ya está aquí y la “vuelta al cole” nos espera. Durante el verano todos, adultos y niños, perdemos las rutinas y nos desordenamos en muchos aspectos de nuestra vida diaria: nos acostamos más tarde, nos levantamos más tarde, dormimos más horas, comemos a  horas diferentes, se sale más, se hace la vista gorda con las obligaciones… Y por ello la vuelta a la rutina nos resulta en muchos casos costosa: sueño, malestar, bajo estado de ánimo, negatividad…

Por ello, para evitar sensaciones negativas, es recomendable realizar un periodo de adaptación con los pequeños de la casa para, poco a poco, recuperar hábitos y rutinas diarias. Los niños y niñas necesitan un orden en sus vidas para estar felices y desarrollarse adecuadamente.

¿Cómo lo podemos hacer? ¿En qué nos centramos primero? Hay dos áreas que son importantísimas a la hora de recuperar los hábitos diarios y organizar los ritmos biológicos en los niños: el sueño y las comidas. Las rutinas no serán algo nuevo, sin embargo, no podemos recuperarlas de hoy para mañana. Para ello, podemos empezar a aplicar unas cuantas pautas una semana antes del inicio de las clases, de manera progresiva.

Recuperar los hábitos de sueño.

consejos para recuperar hábitos de sueño

Para recuperar hábitos y rutinas de sueño, es muy importante recuperar los horarios de acostarse y levantarse, ya que durante las vacaciones nos acostamos y levantamos más tarde, además de que se duermen más horas. Por ello, es importante empezar a adelantar el horario de irse a la cama. ¿Cómo? Una tarde llena de actividad hará que el niño se canse y que se duerma con más facilidad. De esta manera podremos adelantar también la hora de levantarse.

No hay que olvidarse de que los pequeños tienen que dormir unas horas concretas, dependiendo de la edad, por ello es importante que todos los días duerman el mismo número de horas.

Hay otras rutinas relacionadas con el sueño que nos pueden resultar de ayuda: darse un baño o ducha, ponerse el pijama, leer un cuento,… cada uno tiene su hábito. El ir introduciendo estas pequeñas cosas, que el niño/a ya ha estado haciendo durante todo el curso, puede ayudar a que nuestro hijo se adapte más fácilmente.

Recuperar los hábitos de alimentación.

recuperar habitos de alimentación

Durante el verano también se desordena la alimentación. Es importante establecer unos horarios fijos de comidas que se empiecen a parecer a los que el niño/a va a tener cuando empiece el colegio y que a la vez vayan en consonancia con los nuevos hábitos de sueño.

Como en el caso de los hábitos de sueño, recordar y empezar a poner en práctica las normas básicas en relación a las comidas (lavarse las manos, sentarse a la mesa, ponerse el babero o la servilleta, no levantarse de la mesa, etc.) también nos van a ayudar.

Llevar unos horarios ordenados en las comidas son un punto esencial a la hora de recuperar «la normalidad» y fomentar el bienestar de nuestros pequeños.

Algunos consejos más para la vuelta al cole…

Todo esto no lo podemos aplicar de golpe, todo lo nuevo de vez. Podemos ir introduciendo uno o dos cambios al día, para que la adaptación sea progresiva. Nos ayudará explicarle que como va a volver pronto al cole vamos a empezar a hacer las cosas de manera ordenada, como hemos hecho durante el curso anterior, así no le pillará de sorpresa.

Además, los adultos nos tenemos que olvidar de verbalizar “la pena que tenemos de volver a la rutina”. Hay que evitar darle una connotación negativa a la vuelta al cole, los niños son esponjas y por muy pequeños que sean acaban reflejando lo que los adultos les transmitimos. Por ello, podemos ayudar reforzando día a día los aspectos positivos que tiene la vuelta (por ejemplo, que van a ver a sus amigos y amigas) y relacionarla con aspectos que al niño/a le gusten (por ejemplo, si le gusta pintar diciéndole que el cole va a poder pintar y hacer manualidades, o si le gusta la naturaleza que va a aprender muchos animales nuevos, etc.).

Todo esto, y todo lo que se nos ocurra que pueda ayudar, va a hacer que en unos días todo se reorganice y los pequeños de la casa estén felices y contentos con la vuelta a la rutina. Y de revote, a los adultos también nos ayuda, porque recuperar hábitos y rutinas y, en consecuencia, llevar una vida ordenada favorece nuestro bienestar.

Así que ¡hoy toca ponerse manos a la obra! La vuelta al cole está en nada aquí (dependiendo de la Comunidad Autónoma para unos mas cerca que para otros) y no queremos que «nos pille el toro».

Podéis leer el artículo original aquí.

Autoestima, cuestión de percepción
las vasijas de agua

Cuando pensamos en nosotros mismos, a menudo nos centramos en lo negativo, en los defectos, en lo que podría estar mejor,… Eso mina nuestra autoestima, nos hace sentir mal, inferiores a otros, incluso avergonzados. Sin embargo, todo es cuestión de perspectiva. Hoy me gustaría compartir con vosotros este cuento para reflexionar un poquito sobre ello.

Las vasijas de Agua

Un cargador de agua de la India tenía dos grandes vasijas que colgaba a los extremos de un palo y que llevaba encima de los hombros. Una de las vasijas tenía varias grietas, mientras que la otra era perfecta y conservaba toda el agua al final del largo camino a pie desde el arroyo hasta la casa de su patrón, pero cuando llegaba, la vasija rota solo tenía la mitad del agua.
Durante dos años completos esto fue así diariamente, desde luego la vasija perfecta estaba muy orgullosa de sus logros, pues se sabía perfecta para los fines para los que fue creada. Pero la pobre vasija agrietada estaba muy avergonzada de su propia imperfección y se sentía miserable porque solo podía hacer la mitad de todo lo que se suponía que era su obligación.
Después de dos años, la tinaja quebrada le habló al aguador así, diciéndole: «Estoy avergonzada y me quiero disculpar contigo porque debido a mis grietas solo puedes entregar la mitad de mi carga y solo obtienes la mitad del valor que deberías recibir.»
El aguador, le dijo compasivamente: «Cuando regresemos a la casa quiero que notes las bellísimas flores que crecen a lo largo del camino.»
Así lo hizo la tinaja. Y en efecto vio muchísimas flores hermosas a lo largo, pero de todos modos se sentía apenada porque al final, solo quedaba dentro de si la mitad del agua que debía llevar.
El aguador le dijo entonces «¿Te diste cuenta de que las flores solo crecen en tu lado del camino? Siempre he sabido de tus grietas y quise sacar el lado positivo de ello. Sembré semillas de flores a todo lo largo del camino por donde vas y todos los días las has regado y por dos años yo he podido recoger estas flores para decorar el altar de mi Maestro. Si no fueras exactamente como eres, con todo y tus defectos, no hubiera sido posible crear esta belleza.»

(Autor anónimo)

quererse a uno mismo

¿Sabes reconocer tus cualidades y posibilidades? ¿O directamente te enfocas hacia lo negativo? Todos tenemos cosas positivas, a veces nos cuesta verlas porque estamos demasiado ensimismados con todo lo demás. Cuando te enfocas en lo negativo es como si te pusieras unas gafas que sólo te permiten ver eso, los defectos, lo malo, lo que no te gusta. Y focalizamos tanto en ello que nos perdemos el resto. ¡”Cámbiate de gafas” y ponte las positivas! Si centras tu atención en lo positivo, en tus cualidades buenas y tus virtudes, te permitirá potenciar todo aquello que te gusta de ti y a mejorar tu autoestima. Cuando lo bueno pesa más, los defectos pasarán a un segundo plano.

Y te invito a hacerlo no solo contigo mismo sino también hacia los demás. Céntrate en las virtudes de los otros y házselas saber, destácalas; ayudaras a alimentar su autoestima positiva y, en consecuencia, también la tuya.

Y respecto a esas “grietas” que cada uno tenemos, esos defectos, no consiste en obviarlos o en resignarse. Aceptar y superar nuestros propios defectos y saber aprovecharlos de manera positiva, al igual que la vasija agrietada del cuento, supone un trabajo personal que exige un compromiso importante. Nuestras posibilidades de mejora y superación empiezan primero por la aceptación (aceptarnos tal y como somos es el primer paso del camino hacia una sana autoestima) y después por el esfuerzo. ¿Estás dispuesto a trabajar por conseguir una sana autoestima? ¿Te atreves a «cambiar tus gafas» y cambiar tu foco de atención?

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Zaragoza

¿Empatía o simpatía?
ponte en mis zapatos

¿Sabes reconocer las emociones en los demás? ¿Comprendes por qué se sienten así? ¿Sabes ponerte “en su piel” o “en sus zapatos”? Esta habilidad se conoce como empatía, saber reconocer y entender las emociones en otras personas, conectar con ellas.

Según Daniel Goleman la inteligencia emocional es “la capacidad de reconocer nuestros propios sentimientos, los sentimientos de los demás, motivarnos y manejar adecuadamente los relaciones que sostenemos con los demás y con nosotros mismos.” Una de las habilidades más útiles para la inteligencia emocional es la empatía.

Es importante hacer una distinción entre empatía y simpatía, ya que a veces se confunden pero son cosas diferentes. Antes de ello os invito a ver el siguiente vídeo:

Como podéis apreciar en el video la empatía y la simpatía son muy diferentes. Con la simpatía se invita a la desconexión, se escucha para responder, se busca la aprobación, se opera en el plano intelectual, se busca algo positivo o una solución al problema, se da consejo, se siente en el mismo estado emocional que el otro pero sin comprenderla, se resta importancia al problema del otro, … Sin embargo la empatía se conecta a las personas, no se juzga, se tiene perspectiva y se reconocen las emociones, se opera en el plano emocional, no se busca una respuesta verbal ni la solución al problema ni lo positivo, simplemente comprenderlo,…

Si me quieres entender, camina un rato con mis zapatos. (Proverbio indio)

Según explica Daniel Goleman en su libro Inteligencia Emocional “Las personas con empatía son líderes naturales que saben expresar el sentimiento colectivo no expresado y articulado para guiar a un grupo hacia sus objetivos”. La capacidad para la empatía se observa ya en algunos niños pequeños, pero, como otras habilidades sociales, se puede aprender, lo cual es algo positivo ya que si no somos empáticos “de serie” podemos llegar a serlo.

Ventajas de la empatía

Las personas empáticas tienen mejores relaciones con los demás (pareja, familia, amigos, compañeros de trabajo,etc.) ya que, como saben reconocer, entender y respetar las emociones en las otras personas, son más capaces de dar una respuesta adecuada ante ellas, haciendo que la persona se sienta comprendida.

La empatía está estrechamente relacionada con el comportamiento altruista, es decir las personas con más capacidad empática ayudan más frecuentemente a personas que lo necesitan.

Es útil, unida a otras habilidades sociales como la comunicación y la asertividad, para la resolución de conflictos de forma no violenta.

Las personas empáticas están más dispuestas al cambio, ya que son más flexibles y se saben adaptar a las diferentes circunstancias de forma exitosa.

Estas son algunas de las muchas ventajas de la empatía, por ello debemos centrar esfuerzos en la educación emocional desde la infancia, para que poco a poco nuestra sociedad vaya creciendo con ellos con más atención y comprensión hacia las emociones de los demás.

Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud

Prev14567810Next

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies,