
Mucha gente cree que es absolutamente independiente, que lo que piensen los demás les da igual. Evidentemente hay a personas a las que la aprobación social les influye más que a otras, pero a todos nos afecta en cierta medida. Vivamos solos o aislados, al final somos seres sociales y acabamos estando enlazados a otros en mayor o menor medida, aunque sea en nuestra mente.
A todos nos gusta que alguien le guste algo en nosotros, eso nos hace sentir reconocidos, nos reafirma y ayuda a mantener una autoestima positiva. Sin embargo hay a personas a las que la aprobación social es absolutamente necesaria en sus vidas, si no la obtienen sienten un profundo malestar.
Cuando la necesidad de aprobación social supone un problema
La necesidad de aprobación nace desde la inseguridad y la baja autoestima. Cuando una persona no se valora lo suficiente, necesitará de la validación de otros para sentirse bien, para creer que lo que hace, dice o piensa es lo correcto. Acaba siendo como una droga, algo sobre lo que su vida gira y que no puede faltar. Además de esto, las personas con alta necesidad de aprobación social:
Nunca dicen “no” o expresan su opinión (falta de asertividad) para no generar descontento en los demás o para no provocar conflicto.
La necesidad patológica de aprobación social acaba siendo un factor que cobra vital importancia en el desarrollo y mantenimiento de algunos trastornos psicológicos como la dismorfofobia, la fobia social, la anorexia o algunos trastornos de la personalidad.
Estrategias para liberarse de la necesidad de aprobación social
Es imposible gustar a todo el mundo con quien interactuamos: Cada uno de nosotros tenemos unos gustos o preferencias y unos valores que nos hacen entender el mundo de una determinada forma. Habrá personas con las que tendremos puntos en común y otras de las que estaremos más alejados, pero en la diversidad está la riqueza. Ser o pensar diferente no es nada malo.
Aprende a separar la crítica de la persona: Cuando una persona critica algo de lo que decimos o hacemos, no está criticando a la persona sino los hechos o dichos. No te tomes las críticas como algo personal, sino como una opinión, que puede ser válida o no para ti. Puedes respetarla pero no compartirla, no hay problema.
Utiliza las críticas como trampolín para la mejora personal, pero quédate sólo con lo constructivo y lo que te vaya a ser realmente útil para crecer.
Desarrolla tus habilidades sociales: Entrénate en habilidades de comunicación, empatía, asertividad, etc. Si aprendes a expresarte adecuadamente, sin herir a los demás, te facilitará que la respuesta de los demás sea también más adecuada y te sentirás menos atacado ante una opinión diferente.
Reducir la necesidad de aprobación social no es fácil, cuesta tiempo y esfuerzo, pero se puede conseguir. Es posible vivir sin esperar la constante validación de otros. No tires la toalla, y si ves que solo/a no puedes, busca ayuda profesional para que te acompañe en el proceso. En Espacio Mente y Salud estaremos encantadas de apoyarte.
Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud