Hace unos meses os hablábamos en el blog sobre los beneficios que tiene escribir sobre nuestros sentimientos y pensamientos (puedes leer más sobre esto aquí). Esto es algo que podemos hacer cada uno de nosotros por nuestra cuenta, como una forma de aliviar la carga emocional que llevamos; pero también es una herramienta muy valiosa que utilizamos en las sesiones de terapia. Hoy quiero hablaros sobre las cartas terapéuticas.

Las cartas terapéuticas son escritos que realizan los pacientes para expresar en ellas aquellas emociones, pensamientos, etc. respecto a algo en concreto. La carta puede estar dirigida a un familiar fallecido, a una persona especial, a un síntoma, etc. Las cartas terapéuticas son una forma de dar salida a todo aquello que no podemos “sacar” de otra forma: rabia, ira, tristeza, etc. que nos provoca una situación o palabras que es imposible hacer llegar a la persona (ya sea porque está lejos, porque se ha roto la relación, porque ha fallecido o porque el destinatario es nuestro niño interior). Y son una herramienta que muchos psicólogos utilizamos en la terapia con nuestros pacientes.

La carta de despedida de un síntoma.

Como veis son muchas las variantes de estas cartas terapéuticas, pero el tipo de carta terapéutica que yo más utilizo con mis pacientes en terapia, es la carta de despedida del síntoma (la ansiedad, la tristeza, la baja autoestima, etc.), como un ritual de cierre del proceso terapéutico.

Aquí os muestro un ejemplo de carta de un paciente real, que me ha autorizado a compartirla con vosotros (aprovecho para darle las gracias otra vez por su generosidad). Esta carta fue escrita por el paciente y dirigida a su ansiedad, un síntoma que estuvo acompañándole unos meses, entorpeciendo su vida y haciéndole ser “otra persona», y que recurrió a mí para ayudarle a hacerle frente. Tras unos meses de trabajo y esfuerzo por su parte, le dedicó estas preciosas palabras a su ansiedad a través de esta carta de despedida:

Querida ansiedad,
Espero que al recibo de la presente te encuentres bien de salud.
Te escribo estas líneas para despedirme de ti.
Te acercaste a mí de manera sigilosa, casi sin darme cuenta, y poco a poco te fuiste instalando en mi vida, haciendo que me sintiera pequeñito, incapaz de hacer cosas.
Esto me hacía sentirme mal conmigo mismo y con los demás, hasta que llegó el momento de pedir ayuda.
Me puse en manos de especialistas, que me hicieron ver que te podía combatir, controlarte e incluso vencerte y, a base de sus consejos, vi que podía paliar tus efectos y ver que era capaz de hacer esas cosas que poco tiempo antes me parecían imposibles y enfrentarme a situaciones que creía insalvables.
Pasados estos meses ha llegado la hora de decir adiós.
Si vuelves a visitarme algún día te estaré esperando con las herramientas que he aprendido a usar y hacer que tu estancia sea lo más corta posible.
Un cordial saludo.

Como veis, contemplar el síntoma (la tristeza, la ansiedad, los celos,…) como algo externo a nosotros nos permite separarnos de él y poder decirle adiós, y las cartas terapéuticas son una herramienta muy útil como ritual de despedida.

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Laura Gracia Crespo
Psicóloga en Espacio Mente y Salud – Zaragoza